top of page

Sobre escribirme.


—Ni siquiera sé si esto ayuda. —Pienso.

Como experiencia propia debo decir que me encanta hablar, me gusta mucho comunicarme y escuchar a los demás, aprendí a hacerlo y no es fácil ni difícil, es cuestión de prestar atención y escucharte primero a vos y después a los demás.

Como experiencia propia también sé que escribir me ayudó bastante, mucho de lo que yo creo y más de los que a mi alrededor se imagina.

Soy escritora, confieso cuando mi confianza en alguien se desarrolló lo suficiente.

Antes tenía miedo porque las personas me preguntaran, o llegaran a burlase –porque lo hicieron muchas veces–.

Me da igual ahora, con estos tiempos, con estos cambios que pasaron y cuántos más van a llegar, creo que es importante empezar a darse cuenta que a nadie realmente le importas, y que son palabras cargadas de algo personal, algo suyo.

Sé que escribir me aliviana.

La asfixia cotidiana que llego a sentir se ve mermada por las lindas palabras o los textos aburridos que llego a realizar conforme me sienta de humor.

A veces pienso que no tengo tal talento, y al releer todo lo escrito me doy cuenta que sí, y que con que a mí me fascine lo que hago, es más que suficiente, ya está hecho, ya soy valiente.

Tengo la validez de expresarme de la manera que quiera, los demás verán como se lo toman y qué hacen al respecto sobre lo que sienten.

Me doy cuenta escribiendo esto que últimamente no me veía, sino que estaba más pendiente de los demás que de mí misma y voy a volver a lo que era antes, a lo que estoy destinada, que es –entre muchas otras cosas– sanarme a mí misma y poder compartir lo que llegue a aprender, lo que me ayudó a mí, y los demás verán qué hacen con toda esa información.

Tantos cambios te desestabilizan aunque a la vez ayudan a encontrar un nuevo rumbo, a descubrir quién sos y reelegir quien querés ser, en quién te vas a convertir, cuáles son tus metas y hábitos, qué te hace feliz.

La felicidad está infravalorada, leo a muchos que no creen que exista, a otros que sí, a otros que la buscan y otros que creen que la perdieron para siempre.

Y llevo un poco de ellos en mí.

Está bien.

El significado y la definición que cada cosa tiene, va cambiando con las crisis, con el tiempo, con los años, con los aprendizajes. Es más, me atrevo a decir que no debemos estar atados a una sola definición, sino buscar qué significa cada cosa para nosotros, qué atributos le damos, qué nos hace sentir.

Me doy cuenta que siempre pero siempre pienso que lo que escribo no tiene sentido, y cuando vuelvo a leerlo hasta yo misma aprendo de lo que dije, a veces más consciente que otras.

De todas formas voy siendo yo, voy desarrollándome y aprendiendo.

Estoy creciendo.

Todavía no entiendo ni sé mucho, pero creo que todo lo que me conforma me ayuda bastante y hasta estos momentos me da vida, estoy satisfecha, lo que no quiere decir que me quedaré conforme y bien en donde estoy. Es lo que más me cuesta, o costaba quiero creer, es en lo que más énfasis voy a darle a partir de ahora.

Como experiencia propia, sé y afirmo y afirmaré que no hace falta tener en claro lo que uno quiera expresar, que las palabras van saliendo solas al igual que los suspiros y así nos vamos sintiendo más libres, más tranquilos ¿es lo que ahora buscás? Seguí por ahí.

¿Qué estás buscando?

¿Qué creés que te falta?

¿Qué otra cosa pensás que vas a encontrar allá afuera?

Tus respuestas no las tengo yo.

Pero sí las mías.

Y sé que voy a recibir más ante mis dudas.

—Sí, en efecto esto ayuda. —Me contesto en voz baja, apenas me escucho porque la música se encuentra dando vueltas por mi cerebro, pero en el fondo me estoy sintiendo, por ahí también aparecerá algo.

Y si por ahí llego a pensar en que nada ayuda, estoy sola y me estoy hundiendo.

Voy a volver a este texto, o a cualquier otro.

Voy a volver a mis letras.

Y así vuelvo a mí.

 
 
 

Comments


©2018 by Rosario Alaniz. Proudly created with Wix.com

bottom of page