Voy, no importa.

No encuentro la forma correcta de expresar lo que me pasa en estos momentos.

Mis mejillas ardiendo me demuestran que algo de bronca siento, mis pies fríos que no logro conectarme todavía con ella o al menos con el rol que hace. El calor por el resto de mi cuerpo abrigan mi ser de la misma manera que quiero que lo hagás, que estés acá conmigo y me abracés, pero como no estás, al menos está mi calor, espero que sea suficiente.

Canto letras que se interponen a mi realidad, no es lo mismo y cómo me gustaría poder identificarme más con otra cosa que no sean mis textos.

Ya ni sé lo que digo o lo que pienso y sé muy bien lo que siento.

Bah, al final de cuentas, exagero mucho en algunas situaciones.

Mis ojos duelen, el cuerpo quema, las mejillas encendidas.

No escribí nada bonito, quise escribirte a vos, pero tampoco resultaste de inspiración, sino me provocas la falta de ella.

Vayamos allá.

Juntos, caminemos.

Al menos miráme hacerlo, que yo lo hago.

Uy, te das cuenta cómo estoy respecto a nuestra relación.

Vamos, no importa.

Perdón. No.

Ya no es así.

Voy, no importa.