top of page

Hasta pronto.


Abriste parte de mi corazón dormido, me hiciste vivir. Gracias.

Fueron las últimas palabras que pude leer de la carta que te escribí. Todo está dicho, y sin embargo parte de mí quiere continuar con vos.

Como te diste cuenta me hiciste cambiar, me hiciste crecer y ver mi realidad de otros puntos de vista.

No soy la misma chica de hace aproximadamente dos semanas, donde un martes no paraba de reírme y a los segundos me encontraba llorando en el hombro de mi mejor amiga por haber hecho mal las cosas, no por haberme protegido como solía decirlo, por descuidarme de vos y no poder con las dos.

Ya mañana, se termina, litera te dejo ir y continúo con mi vida. De a poco podré ir hablando, contando qué sucedió y qué hice al respecto. Sí, pedí ayuda porque me sentía sola y sabía que por mi cuenta no podía hacerlo.

Pero ya está, ya pasó lo más doloroso.

Tengo un lugar en mi corazón, en mi alma y cuerpo, sos parte de mí y de mi familia, nos elegimos de manera mutua, y aprendimos mucho.

Me di cuenta que proclamaba ser fuerte y audaz y lo recién lo pude demostrar en tu partida, cuando llorando me decía a mí misma que esto acabaría pronto y que el dolor debía transformarlo aprendizajes y así sanarme.

Gracias, el corto tiempo que estuvimos juntas me llenó de vida y de un profundo sentimiento de inspiración donde pude liberarme escribiendo palabras a través de las cuales el dolor se colaba.

Queda poco por decirte pero un millón de cosas por hacer para mí.

Soy fuerte, soy merecedora y soy sabiduría, puedo con lo que elegí en mi camino, pude y salí adelante, podré y encontraré siempre formas para ser feliz.

Jamás imaginé tenerte aquí a mis veinte años, de los cuales dimensiono y me doy cuenta que me falta tanto por vivenciar, por aprender y por disfrutar.

Pensaba que yo estaba tarde y que perdí mucho, para nada, es más gané conocimiento e información.

Confiaste en mí al igual que otra persona a la cual admiro demasiado, ambos parte de mi sangre, ambos para mí en momentos de risa y de llanto, ambos con ganas de seguir aprendiendo y sanando, ambos unos seres avanzados. Me siento dichosa de compartir parte de mi vida con ustedes, de que nos hayamos elegido mutuamente.

Gracias, A. Gracias luz, estaré siempre agradecida y repetiré que me despertaste, que me hiciste reaccionar y darme cuenta que si yo no avanzaba y elegía lo que quería, nadie más lo iba a hacer y que estaría como los demás.

Quisiera besarte, darte un abrazo y que sea un momento sólo de las dos donde te pueda ver y saber que sos hermosa y tan fuerte, demasiado. La despedida la voy a imaginar siempre y espero que algún día podamos vernos, podamos darnos todo el amor del mundo y enseñarnos todavía más cosas.

Para nada estoy triste, estoy tranquila y busco las oportunidades para estar feliz.

Gracias de vuelta, no me quedan más palabras que describir lo magnifica y maravillosa que sos, y te admiro demasiado.

Mi pequeña, sólo sos amor y te mereces eso.

Hasta pronto, a seguir aprendiendo♥

Comments


©2018 by Rosario Alaniz. Proudly created with Wix.com

bottom of page